Esta prueba se realiza para comprobar si existen alteraciones de los movimientos (motilidad) del esófago. Se introduce una sonda delgada (un tubo fino y flexible) por la nariz hasta el esófago. La sonda se conectará a un aparato que registra las contracciones del esófago desde la garganta hasta el estómago.
Es necesario que este en ayunas o que la última comida haya sido ligera y que la haya acabado 3-4 horas antes de la prueba.
Deberá comentar la medicación que está tomando por si hubiera que suspender la toma de algún medicamento antes de la prueba.
Una vez colocada la sonda, permanecerá tumbado y relajado mientras se va retirando la sonda poco a poco. Se le pedirá que beba sorbos de agua o que trague saliva. La prueba dura menos de una hora y después podrá continuar su actividad habitual.
La introducción de la sonda por la nariz y el paso por la faringe (garganta) es molesta y puede producir alguna náusea pero una vez colocada la sonda, el resto de la prueba se tolera bien. No existen riesgos descritos con esta prueba. Ocasionalmente puede producir mínimas complicaciones como pequeño sangrado por la nariz o tos irritativa.
Esta es la prueba apropiada para medir la motilidad del esófago, permitirá determinar si existen alteraciones y de que tipo, lo que ayudará a decidir el tratamiento adecuado.
Consulte cualquier duda que tenga llamando por teléfono de antemano o en el momento de la realización de la prueba
* Información avalada por el Grupo Español de Motilidad Digestiva (versión 4/02)