Esta prueba se realiza para comprobar si existen alteraciones de la función de la última parte del intestino (recto) y del ano. Se introduce una sonda delgada (un tubo fino y flexible) por el ano hasta el recto (aproximadamente 6 centímetros). La sonda se conectará a un aparato que permite medir las contracciones de los músculos de esta zona y realizar un examen de los músculos y los nervios que controlan la función anorectal.
No es necesario que este en ayunas y puede comer normalmente antes de la prueba. Unas horas antes de la prueba (la víspera si la prueba se realiza por la mañana o por la mañana si la prueba se realiza por la tarde) deberá ponerse un enema de limpieza.
Durante la prueba estará acostado de lado y seguirá las instrucciones sencillas que le vayan indicando (cerrar el ano, toser, intentar hacer de vientre, etc.). La prueba dura menos de una hora y después podrá continuar su actividad habitual.
Esta prueba no produce normalmente ningún tipo de molestias y no existen riesgos descritos con el método habitual.
Esta es la prueba apropiada para medir la función anorectal, permitirá determinar si existen alteraciones y de que tipo, lo que ayudará a decidir el tratamiento adecuado.
Consulte cualquier duda que tenga llamando por teléfono de antemano o en el momento de la realización de la prueba.
* Información avalada por el Grupo Español de Motilidad Digestiva (versión 4/02)