Introducción
En las últimas décadas, el intestino se ha valorado como un segundo cerebro. Por ello, diversas líneas de investigación se han centrado en el estudio de las conexiones entre el intestino y el cerebro, principalmente en el ámbito de la salud mental. Evidencias recientes apuntan a la comunicación neuroendocrina entre ambos órganos como un posible mecanismo subyacente al desarrollo de patologías neurológicas. Se han encontrado depósitos de la proteína sinucleína en el intestino en etapas tempranas, en relación con los depósitos cerebrales, aunque hasta la fecha se desconoce su relevancia funcional. Además, los resultados de diversas líneas de investigación sugieren que las alteraciones en la homeostasis intestinal, a nivel de la microbiota y la función de barrera (permeabilidad), podrían estar presentes en las etapas más tempranas de la Enfermedad de Parkinson. Finalmente, estudios observacionales recientes en pacientes con párkinson apuntan a la presencia de síntomas del tracto gastrointestinal, principalmente estreñimiento e intestino irritable sin predominio de diarrea, como manifestaciones no motoras tempranas previas al desarrollo de manifestaciones motoras y, por lo tanto, con potencial predictivo para el desarrollo futuro de la Enfermedad de Parkinso.
Objetivos de Taller
Presentar y actualizar la evidencia sobre la relevancia de la interacción del eje intestino-cerebro en el desarrollo de patologías neurológicas como la Enfermedad de Parkinson y generar colaboraciones entre el campo de la gastroenterología, especialmente la neurogastroenterología, y el campo de la neurología, con el fin de establecer relaciones entre diferentes profesionales de ambos áreas y líneas de investigación conjuntas.